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Historias de un sin Oficina

Disonancias en al red

Por J.A. galaso Cerezo

Aprovechemos al que es diferente

Aprovechemos al que es diferente

Voy a intentar hacer un triple mortal con tirabuzón (debe ser que ayer estuve viendo los mundiales de natación por la tele) e hilar unos cuantos conceptos que hasta ahora han estado apareciendo como reflexiones independientes y creo que se merecen estar unidos en algunos aspectos.

Por un lado, cada vez entendemos que las redes sociales y la tecnología que da lugar a estos elementos sobre internet (recordemos el post de ayer en el que comentaba que hay que diferenciar ambas cosas) se están falcando como auténtico modelo de puesta en marcha de una revolución 2.0 dentro de las organizaciones. Por otro lado, he comentado varias veces que las disosnacias son un buen ejemplo de como cambiar valores (worth) y modelos dentro de una organización. Es decir, dos líneas de cambio que pueden ser unidas para conseguir mayor eficacia.

El primero de los artefactos consigue que la gente se organice y genere lazos de cohesión importantes para poner en marcha un proyecto o una actividad, además, lo consigue por algo esencial que es el liderazgo (si lo queremos entender así, o el mando por la competencia y no por la jerarquía), por lo que es posible que en una red social se organice de una manera diferente a la jerarquía de la empresa y eso ya es un gran primer paso.

Pero existe una contrapartida, las redes sociales suelen ser discriminantes, es decir, tienden a excluir de una manera natural a todo elemento que no guarda una cierta armonía con el grupo. Todos lo hemos vivido, y cuanto más tiempo lleva unida la red social más excluyente se vuelve, es como si volviera a copiar lo modelos de los que huyó en sus orígenes. Desde ese punto de vista la introducción de las disonancias parece una misión complicada.

Como ya he dicho en otros post, parece que las redes sociales se están convirtiendo en una especie de rebaños donde lo importante es mantener a las ovejitas juntas y que el rebaño sea grande, así lo pastoreamos mejor, por lo tanto si el objetivo es pastorear de disonancias nada. Acabamos de matar la innovación.

Es necesario enseñar a la red a disonar, a admitir en su seno a elementos diferentes que les hagan cambiar perspectivas y pensamientos, que les obliguen a repensar en los valores y a retomar su origen. Esto es factible, complicado, pero factible, porque la otra alternativa es más dura, consistiría en montar y desmontar la red constantemente en función de las necesidades a cumplir, lo que implica que la red no podrá generar necesidades propias y tenderá a desmotivarse.

Además, para utilizar el segundo método es imprescindible que todas las personas entiendan la red social como un entorno de trabajo y la plataforma tecnológica como el espacio del entorno, cosa que es complicada.

Para alguien sin oficina, es fácil deshaces lo hecho, no suelo tener mucho arraigo a las cosas, pero no es el caso habitual. Admitir a los disonantes dentro de la red es el reto para que las redes sociales se transformen en redes innovadoras y no acaben siendo estrellas fugaces.

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Historias de un sin Oficina

Cápsulas para trabajadores 2.0

Por J.A. Galaso Cerezo

capsulasEn algún post he comentado la necesidad de que existan conceptos 2.0 que no atienden a la tecnología o se deriva de ella, sino que vienen de la actitud o del uso de la tecnología o simplemente de su forma de actuar en lo habitual, es decir, ciudadanos o trabajadores que atienden a ese sello que estamos creando (para bien o para mal) que se llama 2.0.

Como también he comentado hay que partir de dos premisas importantisimas desde mi punto de vista:

  • No es necesario que todo el mundo se comporte 2.0 sino que convivan en mutua armonia, y con disonancias
  • Llevar a alguien hasta ese estadio requiere de una convicción total de todos los implicados.

En el fondo estamos en medio de un proceso de aprendizaje que aunque mucha gente no se lo crea es de lo más complicado que uno pueda emprender, es necesario mucho más que estar atento y meter codos, se trata de cambiarnos por dentro.

Las herramientas para realizar este cambio son muchas y las que yo voy a contar aquí son las que usamos normalmente en el CitiLab y que nos están dando buen resultado. Eso no quiere decir que sean una barita mágica, pero en lo que puedan ayudar pues aquí están.

  1. Favorecer la comunicación por todos los medios, eso no quiere decir que exista pero a lo que estás obligado si cree en ello es a no poner trabas a ningún tipo de canal. Eso implica trabajar desde el espacio hasta el tiempo. Ojo porque este último suele ser el gran olvidado de todo el proceso
  2. Trabajar lo colectivo. Eso se hace desde el proyecto, crear proyectos y sobre todo heterogéneos donde tenga cabida cualquier perfil (no voy a profundizar en el tema de disonancia ya lo veremos en otros post)
  3. Posiciones planas, eso quiere decir que el liderazgo se ejerce desde la responsabilidad, no hay jerarquias dentro del equipo y todos valen lo que los otros lo hacen valer por lo que aporta (hace mucho tiempo el rector de una universidad me dijo que uno es tan grande como lo que hace crecer a su equipo).
  4. Y lo más importante, lo que aporta la institución, el medio conductor, aunque parezca mentira y como diría algún griego clásico sería el eter que lo envuelve todo y sería una mezcla entre metodología, despliegue de medios, y soporte cultural, sin olvidar las dotes de marcar objetivos y desplegarlos en los equipos.

Todo esto (muy pero que muy resumido) es lo que está funcionando , no sin dificultades, ni tropiezos, ni fracasos en estos aspectos en este espacio y hace que gente que no se ha metido en estos modelos poco a poco lo haga.

También es cierto que tenemos la capacidad de saber que no todo el mundo entra con la misma velocidad, ni tienen el mismo recorrido en este aspecto pero lo que si tenemos claro que todo el mundo que está aquí aporta y por lo tanto vale, es cuestión de saber como colocarlos en el puzzle.

Todas estas cápsulas se pueden administrar a la vez o por separado y el orden no es fundamental. La dosis ha de ser el medio conductor el que la decida porque cada paciente es un mundo y espero que lejos de un recetario al uso, esto se lea como una primera introducción a unos ejercicios que en este entorno y en grupos del tamaño que nosotros usamos está dando buen resultado

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Historias de un sin Oficina

2.0

Que no explote, ni nos coma esta burbuja

Que no explote, ni nos coma esta burbuja

Ayer cuando hablaba de Trabajadores 2.0 me llegaron un par de comentarios que me hicieron pensar en como la gente visualiza no tanto el fenómeno o la cultura 2.0, sino la sociedad 2.0 (si es que existe eso o existirá).

Es evidente que casi todo el mundo comienza a visualizar el 1.0 y el 2.0 como dos clases o dos “etnias” diferenciadas (pido permiso a los antropólogos para el uso de estos téminos), a pesar que hay grupos sociales previos que no han sido asumidos como el caso de nacidos digitales. Pero es cierto que el debate entre 1.0 y 2.0 se está produciendo y cada vez es más vivo. Sin contar con la 3.0 que comienza a emerger y amenazar de que va a llegar antes de que nos de tiempo a asumir todo esto.

Veo dos problemas en todo esto que me inquietan tanto en el plano social como en el plano de organizaciones. El primero relacionado con el con las formas de uso y lo que se obtiene al entrar en ese universo (prefiero llamarlo así porque el término 2.0 va más allá de una tecnología, una forma de trabajo o de organización) y por lo tanto la forma en que las personas de ese universo se relacionan entre si y lo que obtienen de esa relación, así como los valores y formas que se generan.

Por otro lado como conviven ambas “etnias” es algo que comienzo a no ver de una manera clara y que no se si está habiendo un factor de aceleración excesiva en todo el proceso de puesta en marcha de la 2.0 que está creando una desestabilización peligrosa.

Me explico; como dije ayer un una respuesta a un comentario en el blog del CitiLab, no considero que 2.0 (y su universo) sea una obligación ni social, ni laboral, ni cultural. Es una opción, como la elección de religión, de pareja, de lugar donde vivir, etc… y lo que se debe garantizar es la posibilidad de ejercer esa opción de la mejor manera posible en todos los ambientes de tu vida: el ciudadano, el laboral, el familiar, etc…

Ese ansia que se genera en algunos individuos no acabo de entenderla, esa necesidad de estar en el universo 2.0 como si en caso de no llegar voy a desaparecer del planeta. No creo que esto sea bueno. El universo 1.0 va a seguir existiendo y la convivencia de los dos universos es imprescindible para el ser humano. Al igual que los Neardenthales y los Cromagnones tuvieron que convivir y no lo hicieron (es una de las teorias), ahora se nos da una segunda oportunidad.

Habrá dos mundos y cada uno debe posicionarse en el que se sienta más agusto y es un deber para todos nosotros transmitir que no hay uno mejor que otro, ni universos de clase A y de clase B, sino universos que funcionan de una forma y por lo tanto cierto tipo de trabajos es más fácil para ellos. Porque evidentemente no todo el mundo puede vivir en los dos, o simplemente no quiere.

Por otro lado (y parafraseando a David Stark) es evidente que se van a generar disonancias en esa convivencia y que ambos universos van a disponer de valores completamente diferentes, así que gestionar esa convivencia desde el solapamiento va a ser la mayor oportunidad de la humanidad para generar un nuevo modelo social del que pueden salir una gran cantidad de riquezas de todo tipo. Tenemos la obligación moral de velar por esa convivencia y no lanzar mensajes que desestabilicen un modelo donde uno de los dos universos tienda a morir.

Si no conseguimos esta convivencia lo de la brecha digital de hace unos años va a ser un juego de niños comparado con la que se avecina, porque las tensiones sociales van a estar en todos los ámbitos y no van a ser de arriba abajo, es decir, de pudientes a no pudientes como estamos acostumbrados, sino de tipo guerra civil, unos contra otros por el mero hecho de ser diferente. Eliminemos a los demás, a los que están de más; eso es lo que hay que evitar.

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Historias de un sin Oficina

Trabajadores 2.0

Por J.A. Galaso Cerezo

Todos en el problemaHace unas semanas hice un post hablando sobre los Ciudadanos 2.o, ayer subí un vídeo donde aparecían unos niños, que además de utilizar esa tecnología ya exigían un espacio social y unas relaciones sociales basadas en este concepto de colaboración y cooperación, de apertura de todo tipo y de desaparición de fronteras.

Hoy quiero hacer una rápida reflexión sobre que pasa cuando todo esto se lleva a un entorno más concreto y reducido como es el de una empresa y en lugar de ciudadanos tenemos trabajadores a los que hemos de convertir (o con mucha suerte porner a trabajar porque ya lo son) en trabajadores 2.0

Los dos primeros efectos que se me ocurren sobre este tema a diferencia del ciudadano son que la responsabilidad de crearlos es mucho más concreta, es decir, no la podemos diluir entre un monton de instituciones y grupos públicos y privados.

El otro tema es que el cambio es más fácil de medir que en un entorno social más abierto donde disponer de condiciones de “laboratorio” es más complicado. Por lo tanto, parece que centrarse en crear trabajadores 2.0 puede ser a corto plazo un trabajo más concreto que el otro, aunque es bien cierto que la ciudadanía es un objetivo mucho más importante que el de sólo los trabajadores.

Pero volviendo al tema, como conseguir trabajadores 2.0 no es una tarea nada fácil, porque aunque hemos disminuido el numero de agentes implicados en la operación siguen siendo bastantes y poco avenidos. Son los mismo agentes encargados en crear la cultura de empresa y ya sabemos todos como acaban estas cosas. La otra cuestión es si existe el convencimiento de que tener trabajadores 2.o es mejor que tener trabajadores tayloristas (suponiendo que este sea el término opuesto).

La redefinición del problema es por lo tanto si tanto la institución (lease empresa si se quiere) como el cuerpo social (lease trabajadores o sindicatos) consideran que este modelo es mejor. Obviamente dirán que si, pero entonces la pregunta es cuanto están dispuestos a pagar para conseguirlo.

La empresa ha de perder gran parte del control que hasta el momento tiene sobre los procesos y las personas y sobre todo ha de cambiar el formato de medición de productividad, cosa que despues de la de lustros que llevan trabajando sobre el tema no parece que a corto plazo sea algo que entiendan como coste barato.

Por otro lado, los trabajadores han de cambiar todos sus discurso de formato de trabajo para pasar a una situación de relaciones líquidas donde la posesión de las cosas está relacionada con el objetivo a obtener y por lo tanto este se puede mover y cambiar en espacios de tiempo. Es decir, ya no vale lo de pensar que a los 25 años en la empresa me van a regalar un reloj de oro, o que esta es mi mesa y mi silla sobre la que pongo la foto de la familia.

Ahhh, las tecnologías. Esas no son el problema y como acabo de escribir, creo que tampoco es solo un problema de cultura empresarial, sino de estar dispuestos a pagar un precio por llegar a un nuevo formato, que en principio a todos nos parece correcto. Pero ¿Quién da el primer paso?.

Lugares como el CitiLab se están erigiendo como laboratorios de estos modelos en los que lo cotidiano empieza a ser producir estos cambios y nuestro trabajo el de observar con mucho mimo cual es el precio que han de pagar estas partes y como lo financian, además evidentemente de ver cuales son los verdaderos elementos de retorno de la inversión

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Historias de un sin Oficina

Poblando el Espacio

por J.A. Galaso Cerezo

La primera oleada

La primera oleada

Al igual que los colonizador hicieron por todas las tierras donde han ido pasando, los del CitiLab vamos predicando con el ejemplo y los que creemos que trabajar en espacios “sin oficina” es algo que aporta más ventajas que inconvenientes comenzamos la migración.

De momento pocos, porque no es tan fácil abandonar las cosas para meterse en este sistema, ya he comentado esto en varios post anteriores, y las dinámicas diarias muchas veces pueden con aquello que se considera mejor, introduzco aquí el concepto de disonancia cognitiva que ultimamente lo he leido mucho y me parece interesante.

Los que no salen en la foto no quiere decir que no crean en el proyecto o que no vayan a estar en este movimiento, solo que como bien decía las cosas no son tan fáciles para todos.

Como he expuesto en otros post, todos coincidimos en que este tipo de entornos de trabajo son buenos para la creatividad, la innovación y la comunicación. Evidentemente cuando queremos estar aislados tenemos dos opciones: auriculares con música desde nuestro pc o bien nos vamos a uno de los boxes de la planta de arriba.

La zona es de lo mejorcito que hemos podido encontrar. En general todo el edificio ofrece una infraestructura fantástica para esto pero aquí juntamos dos elementos que no se pueden dar en otros lugares, el espacio abierto y la proximidad de la gente que muchsisimas veces nos pregunta que estamos haciendo, con esa cara que te dice “nosotros queremos participar”, y que nos obliga a hacer nuestro trabajo de manera que esa puerta siempre esté abierta para ellos.

Ahora llega la parte más complicada, evaluar la productividad de estas cosas. Porque evidentemente si la medimos con los ratios convencionales no va a servir para nada, tenemos que crear un sistema de medición fuera de lo convencional de lo contrario no sabremos si lo que hacemos avanza o no.

De momento el sentir de todos es que vamos bien, lo que dicen los que han estudiado esto también y las respuestas desde internet tremendamente positivas. Gracias a todos

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Historias de un sin Oficina

Aprendiendo de la Jerarquía

Por J.A. Galaso Cerezo

Cada equipo trabaja en modelo heterarquico

Cada equipo trabaja en modelo heterarquico

Si hay un modelo organizativo que ha evolucionado durante el tiempo y que ha puesto muchas mentes pensantes a darle vueltas es el militar. Para bien o para mal la historia de la humanidad está plagada de guerras y por lo tanto ha sido necesario desplegar un montón de talento en saber como organizarse para ellas en todos los aspectos. Uno de los sintomas más evidentes es que un libro escrito hace más de 2.000 años por un general (”El arte de la guerra”) sigue hoy en día siendo referente de estrategia en muchos aspectos de la vida y en escuelas de negocio.

La consideración es clara, tal vez los militares y las personas que han dado vueltas a pensar en su organización tengan mucho que decir en muchos aspectos de como organizar los modelos de empresa a los que tantas vueltas les damos

Aunque parezca mentira, el ejercito como modelo organizativo es algo sobre lo que tenemos que reflexionar, evidentemente primero hay que quitarse de encima todos los snobismos al uso y verlo como una entidad que se organiza para alcanzar un fin, igual que cualquier otro modelo.

En primer lugar decir que lo que ellos ponen en juego es su propia vida (no vale comentarios al uso, hablamos de situaciones operativas tipo unidades en Afganistan), es decir, si el informe no está hecho el jefe te grita. Para ellos si la revisión del vehiculo no fue correcta es posible que sea la última vez que veas la luz del día, no es broma. Así que para ellos que la organización y las actuaciones sean correctas es… digamos que bastante importante.

Pero ahora viene lo que ha algunos les pueda chocar. Debido a la profesionalización y al modo de entrar en combate, es decir de desplegar en el terreno las acciones, han tenido que ser capaces de asumir un modelo donde la disciplina, el orden y el mando viene desde arriba pero se ejecuta de manera individual en cada unidad. Y cada unidad ha de estar conectada de manera colaborativa con la otra, de lo contrario el éxito de una unidad puede suponer el fracaso del ejercito entero.

Visto así parece un modelo heterarquico. Curioso, todos pensabamos que los ejercitos (además de ser todos una panda de incompetentes) eran una organización tremendamente jerarquica y poco democrática. Más bien yo diría que somos nosotros los que confundimos los términos. Total si me equivoco lo más que pasa es que me pegan bronca, ellos se equivocan y lo más probable es que haya muertos, así que mejor no hacerlo.

Lo más curioso, es que en este momento los ejercitos europeos (démosle de comer aparte al americano y a los de régimenes de repúblicas bananeras) han innovado en su modelo de organización en el campo de batalla y han conseguido tener un “organigrama” donde en algún lugar las unidades operativas son independientes y se comunican para estar coordinadas y conseguir el fin común, pero las decisiones las toman ellas solas. Y lo mejor de todo, llegan a esa cultura y a esa práctica por que son disciplinados, se la impusieron por jerarquía.

Cada unidad (parafraseando a David Stark) sabe que para ella cuentan las unidades para quién ellos cuentan, creando ese tejido de trabajo colaborativo. Pero eso si, las ordenes son sagradas y cuando alguien marca el objetivo común nadie lo discute y todos trabajan por conseguirlo.

Increible, escribiendo esto me doy cuenta que es exactamente lo mismo que dirían en la First Lego League de la cual el CitiLab es sede clasificatoria y pone equipos en competición. Si los militares han sido innovadores por que sino mueren y los niños lo llevan innato ¿Por que los sesudos empresarios no sabemos hacerlo?

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Historias de un sin Oficina

Los problemas de espacio. Aproximación a la heterarquía

Por J.A. Galaso Cerezo

Todos juntos pero no revueltos

Todos juntos pero no revueltos

La solución a crear un espacio de trabajo común entre diferentes grupos que se dedican a diferentes cosas, y que además han de trabajar para conseguir diferentes objetivos, empieza a ser un enunciado de problema cuya resolución puede llevar a responder otras preguntas sobre modelos organizativos de mayor complejidad.

Cuando comienzas a trabajar sobre este problema, mi mente tiene la imperiosa necesidad de llevarlo a una enciuadramiento logístico, es decir, lo que impera en el problema es un problema físico y de infraestructura. Espacios, divisiones, material, mobiliario, etc…

Conforme vas solucionando estos problemas te vas dando cuenta que estos temas son realmente puras cosas sin problemas y que el auténtico problema está donde hace mucho tiempo que desde este blog llevo diciendo: las paredes que crean nuestras ideas y conceptos. Y ese espacio si que cuesta derrivar.

Evidentemente la creación de un espacio atiende a una necesidad funcional y cuando se quiere crear un espacio colaborativo multidisciplinar, la experiencia me está mostrando dos cosas que no se deben perder de vista:

  1. La gente tiene la tendencia a pensar que estar juntos es estar mezclados en su totalidad
  2. Nos mezclamos pero solo para lo que nos apetece

Esto que es tan simple crea un monton de problemas. El primer punto, genera problemas de exceso de apertura y pérdida total de eficacia y objetivos. Todo el mundo quiere participar en todo y es difícil conseguir que la acción se concrete en resultados. El segundo punto no viene a ser justamente lo contrario, más bien es el usar al colectivo para un interés particular y no para uno general.

Cuando pinesas en espacios colaborativos, nunca piensas que esto vaya a pasar y por lo tanto nunca piensas en que haya que poner un arbitraje de interacción y nunca piensas que haya que explicar que es común y que es particular.

La solución a todo esto es complicada, y el espacio (su uso, su definición, su dotación de medios, etc…) debe ser la consecuencia de haber resuelto el problema inicial y no el medio para resolverlo, de lo contrario, lo que la experiencia me está indicando es que el espacio acaba siendo un campo de batalla y no un terreno colaborativo.

Tal y como surgio en el ejercicio de ver como llevamos el CitiLab al pirineo, creo que la creación de espacios colaborativos, pasa por la creación de formatos de trabajo donde todo el colectivo sepa resolver los puntos anteriormente mencionados y luego se junten a trabajar en un lugar. Los elementos de ese espacio a partir de ese momento son simples, mesas, sillas, enchufes, pizarras…. El resto es cuestión de saber hasta donde te da el presupuesto.

Moraleja (si es que la hay), la heterarquía es evidente que es un modelo de organización al que hay que abrazar tras un profundo acto de culturización y luego ponerlo en un espacio físico, porque esto último es lo más sencillo de conseguir

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Historias de un sin Oficina

Desde mi sin oficina

por J.A. Galaso Cerezo

La tortuga ha aprendido cuando sacar la cabeza y cuando esconderse

La tortuga ha aprendido cuando sacar la cabeza y cuando esconderse

Este es el origen de todo, no tener oficina porque teoricamente cualquier sitio es bueno para trabajar, aún más, los sitios que no están pensados para ser oficinas son una fuente constante de lugares donde se pueden encontrar motivos de inspiración.

¿Quiere eso decir que las musas nos han de inspirar? ¿Qué solo los elegidos que son capaces de contactar con ellas pueden entrar en el selecto círulo de la innovación y el diseño?. Yo creo que no, y que el justo equilibrio entre la conectividad con el entorno y la cerrazón del duro trabajo es lo que hace que la obra salga al exterior.

El encontrar la justa medida es una de las cosas más difíciles en todo este proceso, saber cuando has de cerrar y convertirte en un obrero que avanza de una manera lineal en la consecución del objetivo es fundamental, de lo contrario llegas a la inacción por el análisis.

Por otro lado, entrar en esa coraza demasiado temprano y no seguir conectado al mundo de las ideas externas puede producir una perdida de oportunidades constante, por lo tanto es no solo difícil, sino estratégico saber cual es el momento en que hay que girar el timón y ponerse en una de las dos posiciones.

Aún así, la experiencia de estar sin oficina, demuestra que cuando llega el momento del proceso lineal, haciendo el simil de la vacas, el momento de ordeñar, es posible que podamos continuar pendientes de cosas que nos replanteen nuestro trabajo.

El otro día lo observe de una manera mucho más concreta viendo un reportaje sobre empresas de videojuegos, donde el trabajo de producción puede ser constantemente distorsionado por equipos que no tienen nada que ver con tu trabajo, por ejemplo, un programador puede verse alterado en su trabajo por un cambio en el guión del juego. O un creativo puede cambiar un personaje por introducir nuevas tecnologías en la plataforma. Y no se puede ser cerrado, porque tal vez mates al producto antes de que lo acabes.

Es decir, incluso cuando un sin oficina se aisla para realizar una producción clásica (al estilo industrial) necesita una paredes semipermeables que le permitan volver a pensar. ¿Es ese el concepto de heterarquía?, para mi sí, sin duda. Como llegar hasta él creo que es difícil y que depende en gran medida tanto del punto de partida como de la capacidad del equipo de absorver las nuevas culturas de trabajo.

Pero cada día veo más claro que el conjunto disonancia y heterarquía es un motor impresionante para la innovación y la sociedad del conocimiento. Eso si, caro, muy caro

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Historias de un sin Oficina

Una forma de disonar

Por J.A. Galaso Cerezo

Cristina NuñezSí es cierto, cada día estoy más pesado con este tema, pero la verdad es que hacía mucho tiempo que no me encontraba tan motivado con algo, supongo que porque he descubierto el cemento que está consolidando muchas ideas que hasta el momento estaban sueltas y que ahora se van asentando con calma.

Hace tiempo atraveso por el CitiLab una persona que nos hizo vernos a nosotros mismos de una manera diferente y no solo a nosotros mismos sino en nuestra relación con el entorno y la forma de expresarlo.

Hablo de Cristina Nuñez y su taller de autorretrato, más que recomendable, si y solo si lo sigues con la mente abierta y entendiendolo como un trabajo artístico sin implicar en él temas paranormales, extraños o de psicología de andar por casa. Hay que verlo como lo que es, como la forma de expresar cosas íntimas con un metodo, y es en ese proceso creativo donde se revela lo que nunca te esperas y lo que hace que pienses en el reto de una manera diferente.

Su método, que parte de una experiencia vital tremendamente contundente, se basa en bucear en lo más interno de ti en aquellas sensaciones que tienes tan tuyas que solo salen con una llamada brutal. Ella te obliga a ponerte delante de una cámara y llamarlas, ha hacer como ella dice “un viaje a la caverna” que muchas veces recuerda más bien las cavernas que en muchas culturas llevaban a los lugares donde reinaban la muerte y los más temidos demonios.

De ahí, sacas todo lo que sientes, que es fruto de todo lo que has vivido y de todo lo que te ha marcado, de todo lo que has aprendido y de todo lo que te influye, pero eso si, normalmente ni te has enterado porque era tan fuerte que lo has puesto en tu caverna para no enfrentarte a ello. El disparador salta cuando tu quieres y el resultado queda plasmado en una foto.

Luego cominezas a ver con ella la foto y a construir lo que ella llama la obra, y ahi empiezan a jugar ya no solo todas esas cosas que tu no sabias que existian, sino también aquellas cosas que pasan sin más, pero que el azahar hace que formen parte de la realidad y que influyan en tu actuación de una manera importante. La obra se crea así, con todo, con lo que tu pones y con lo que te llega sin más.

Y al final la obra sale, y en ese momento te entiendes a ti mismo, entiendes por qué las cosas las haces de una manera y por qué las cosas tu haces que ocurran de esa forma y a partir de hay las preguntas tienen otro enunciado y las respuestas otra forma de llegar. Es una forma de disonar, de hacer que las cosas que crean la obra de repente se revelen y puedas implicarlas en tu vida de una manera consciente para que aparezcan nuevas formas de vivir

Gracias Cristina por enseñarme donde vivía Prometeo

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Historias de un sin Oficina

Creando Disonancias

Por J.A. Galaso Cerezo

Donde todo el mundo te vea

Donde todo el mundo te vea

Ayer Silvia y yo teníamos que pensar un poco como hacer el “acompañamiento” de la gente que quiere estar en el CitiLab y como buenas hormiguitas, cumplimos con nuestra tareas de reunirnos en el momento acordado, y hacer lo que queríamos hacer.

Lo diferente, que espero que empiece a ser lo normal, es que lo hicimos al modo disonante: abierto, de cara al público y de manera que todo el mundo sepa lo que hacemos y que pueda participar.

Como siempre digo, trabajar en el CitiLab es un lujo porque nos da la oportunidad de tener la infraestructura necesaria para poner todas estas cosas en marcha. Por suerte la planta donde la gente tiene las oficinas (recordad que yo no tengo) esta llena de paredes de cristal en las que se puede escribir con rotulador.

Así que nos pusimos en medio de la sala, tomamos una de las paredes como pizarra y rotulador en mano nos pusimos a pintar cuantas ideas nos venían a la cabeza, de manera que cualquiera que pasara por allí pudiera ver lo que hacíamos y si quería pudiera participar. Repito, esto se hace en un espacio abierto donde circula todo el mundo, no es una oficina.

Nubecitas, cajitas, flechitas, todo vale

Nubecitas, cajitas, flechitas, todo vale

Ella y yo llegamos a nuestras conclusiones y aunque el día no era propicio par ala participación, porque la gente estaba en otras historias y no hubo flujo de personas en la zona, sique ha habido comentarios a posteriori y preguntas. Segundo efecto del ejercicio, aunque no haya trabajo en equipo hay comunicación y puede ser aprovechada para crear elementos e incluso para autoevaluar lo que hemos hecho y que nos ayude a pensar.

En fin, creo que es un artefacto indispensable para todo sin oficina, una superficie donde escribir y borrar y que esté a la vista de todo el mundo. Cuantas más disonancias crees más posibilidades de encontrar nuevas soluciones a los problemas de siempre.

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